Es posible que no haya nada que objetar sobre sus hábitos de cepillado, pero siempre se puede mejorar. El primer paso para combatir la gingivitis comienza con la higiene bucodental. Utilice un cepillo de dientes de filamentos suaves, lo suficientemente pequeños como para alcanzar las zonas con mayor dificultad de acceso. Para cepillarse los dientes correctamente, coloque el cepillo en un ángulo de 45 grados respecto a la línea gingival y realice movimientos suaves de atrás hacia adelante en cada diente, de modo que el tiempo de cepillado sea al menos de dos minutos en total. Cepíllese los dientes siguiendo un patrón, para no olvidar ninguna zona. Cepille la superficie exterior de los dientes superiores y después, la de los dientes inferiores. A continuación, limpie la superficie interior de los dientes superiores y haga lo propio con los inferiores. Por último, cepille la superficie de masticado de sus dientes y elimine cualquier bacteria restante cepillándose la lengua.
Tire los cepillos de dientes viejos o muy usados, puesto que en ellos se pueden ir acumulando las bacterias. Si los filamentos están desgastados, tampoco van a ofrecer la limpieza necesaria. Consulte con su dentista cuál es el dentífrico que más le conviene; hay productos dentales específicos para cada necesidad. Si bien la mayoría de los dentífricos cuentan con su propia fórmula de blanqueamiento y prevención de caries, es recomendable que elija uno específico para las encías con mayor tendencia a la irritación, asociada a la enfermedad de las encías o a la sensibilidad dental.
El hilo dental limpia la placa de las zonas a las que el cepillo no puede llegar, como son las zonas interdentales y la zona del margen gingival de las encías, tal y como afirma la Revista Periodoncia y Osteointegración de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA ). Esta es la razón por la que constituye un factor clave en la prevención de la gingivitis.
Utilice el hilo dental una vez al día, preferiblemente antes de acostarse, cuando ya haya ingerido todas las comidas del día. Enrolle un fragmento de hilo dental lo suficientemente largo (entre 40 y 50 cm) alrededor del dedo corazón de cada mano. Sostenga el hilo tensado con el pulgar y el índice y deslícelo entre cada diente rodeándolo en forma de C, realizando movimientos de tira y afloja y de arriba a abajo. Pase el hilo por encima del tejido gingival situado entre los dientes y repita el mismo proceso por el otro lado. Es necesario curvar el hilo alrededor de cada diente para que alcance la línea gingival, y una vez que haya limpiado con él ambos lados del diente, mueva un poco de hilo hacia abajo para poder limpiar los siguientes dientes con un trozo de hilo limpio.
Procure no forzar el hilo y utilizar siempre secciones limpias a medida que avanza por la boca, para evitar así trasladar las bacterias de un diente a otro. Sea exhaustivo y retire el hilo dental de entre los dientes lentamente, realizando un movimiento de atrás hacia delante. Pídale recomendaciones a su higienista si encuentra dificultades; existen hilos encerados o sin cera, así como soportes para el hilo dental que resultan muy prácticos si le cuesta enrollar y agarrar el hilo por sí mismo.
Cuando la placa no se retira por completo por medio del cepillado y el uso del hilo dental, se endurece hasta formar sarro. A medida que se produce la acumulación de sarro y la placa se sigue adhiriendo a él, las toxinas bacterianas aumentan y pueden provocar gingivitis, que a su vez puede evolucionar hacia formas más graves de la enfermedad periodontal, como es la periodontitis.
Las limpiezas profesionales son el mejor método de eliminar el sarro de los dientes y, si su gingivitis no ha ido a más, estas limpiezas podrán revertirla. Este proceso puede requerir un raspado, que consiste en rascar la placa endurecida (sarro) de la superficie del diente, o un alisado radicular, que se lleva a cabo para limar la raíz y promover la curación una vez que la placa y el sarro se han retirado. Para muchas personas, una limpieza preventiva dos veces al año es suficiente, pero su dentista o higienista podrá ayudarle a decidir cómo programarlas del modo que más le convenga.
Cuanto antes empiece, mejor. Conocer cómo combatir la gingivitis le permitirá disfrutar de una boca sana. ¡Siga cuidando su salud bucodental para lucir siempre una sonrisa sana!
La finalidad de este artículo es fomentar la comprensión y el conocimiento de temas generales de salud oral. Su propósito no es sustituir la opinión, el diagnóstico o el tratamiento profesionales. Solicita siempre la opinión experta de tu dentista u otro proveedor de salud Calificado y Dile siempre cualquier pregunta que tengas en relación con alguna enfermedad o tratamiento médico.
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