Enseñar a su hijo los métodos de higiene bucal apropiados es una inversión en salud que le proporcionará beneficios para toda la vida. Es importante darle un buen ejemplo, así, al cuidar usted sus propios dientes el niño recibirá el mensaje de que la salud bucal es algo importante. Todo lo que haga de la higiene dental una tarea divertida, como cepillarse los dientes junto con sus hijos o permitirles elegir sus propios cepillos dentales, fomenta una higiene bucal eficaz y estable en el tiempo.
Para ayudar a sus hijos a proteger sus dientes y encías y reducir el riesgo de formación de caries, enséñeles a seguir estos simples pasos:
Es importante supervisar el cepillado de sus niños hasta que dominen estos simples pasos:
Dado que el hilo dental elimina los restos de alimentos y la placa depositada entre los dientes, que es un lugar donde no llega el cepillo; se recomienda que a partir de los cuatro años comience a utilizar hilo dental. A los ocho años, la mayoría de los niños pueden comenzar a utilizar el hilo dental por sí mismos.
Los selladores de fisuras son una barrera altamente eficaz contra las caries, ya que son delgadas capas plásticas que se aplican a las superficies de masticación de los dientes, donde se forman la mayoría de las caries. La aplicación de un sellador no es dolorosa y se puede efectuar en una sola visita al odontólogo. Él le indicará si un sellador es necesario para sus hijos.
El flúor es una de las mejores maneras para ayudar a prevenir el deterioro de los dientes. Se trata de un elemento que, al combinarse con el esmalte dental, lo fortalece. Además es recomendable el uso de la crema dental con flúor en todos los casos. Pregunte a su odontólogo qué crema dental debe usar para obtener el nivel adecuado de flúor. En niños menores de 6 años es recomendable utilizar una crema dental con 500 partes por millón de flúor.
Una dieta equilibrada es necesaria para que sus hijos desarrollen dientes fuertes y resistentes a las caries. Además de la gama completa de vitaminas y minerales, la dieta de un niño debe incluir mucho calcio, fósforo y los niveles apropiados de flúor.
Así como el flúor es la mejor protección para sus hijos contra las caries, los alimentos entre comidas de manera frecuente son el peor enemigo. Los azúcares y los almidones presentes en muchos alimentos como galletas, dulces, frutos secos, refrescos, galletas saladas y patatas fritas se combinan con la placa en los dientes para crear ácidos. Estos ácidos atacan el esmalte dental y pueden formar caries.
Cada "ataque de las bacterias de la placa" puede durar hasta 20 minutos después de finalizada la comida. Incluso un pequeño bocado puede provocar que la placa produzca ácidos. Por eso, lo mejor es evitar la ingestión de alimentos entre comidas.
Ante una lesión en la boca de su hijo, consulte inmediatamente al odontólogo. Él examinará el área afectada y determinará el tratamiento apropiado.
Si su hijo experimenta dolor por un diente roto, o astillado, visite inmediatamente al odontólogo. Si lo desea, puede suministrarle un calmante hasta el momento de la cita. De ser posible, guarde la parte del diente que se ha roto y llévela al odontólogo.
Si perdió un diente por accidente, llévelo al odontólogo tan pronto como sea posible. Evite tocar el diente y no lo limpie. Guárdelo en agua o leche hasta llegar al consultorio. Es posible que el diente pueda volver a ser colocado en la boca del niño mediante un procedimiento llamado reimplantación.
Transmitiéndole buenos hábitos de higiene bucal, que es una de las lecciones de salud más importantes que puede enseñarle. Esto significa ayudarlo a cepillarse por lo menos dos veces al día, mostrarle la forma adecuada de utilizar el hilo dental, evitar el consumo de alimentos entre comidas y llevarlo al odontólogo periódicamente.
La mayoría de los odontólogos recomiendan que los niños comiencen a visitar el consultorio dental a los dos años. Esto ofrece la oportunidad de controlar el crecimiento y el desarrollo dental del niño, y le brindará a usted la oportunidad de aprender sobre el desarrollo de los dientes, sobre la necesidad de utilizar fluoruro, sobre cómo ayudar a su hijo a mantener una correcta higiene bucal, cómo resolver los hábitos bucales de su hijo (como el uso de un chupete), aspectos sobre la dieta y la nutrición, y cómo prevenir las lesiones bucales.
Siempre comente a su hijo que la visita al odontólogo es una experiencia positiva. Explíquele que esto ayuda a mantener una buena salud bucal. Ya que se fomentará una actitud positiva, que aumentará las posibilidades de que su hijo vaya al odontólogo periódicamente durante toda la vida.
Los dientes temporales comienzan a erupcionar alrededor de los seis meses de edad y continúan haciéndolo hasta aproximadamente los dos años (aunque puede variar de un niño a otro). Esto provoca molestias en las encías de muchos niños, lo que suele irritarles frecuentemente. La molestia puede disminuirse frotando las encías con el dedo, con una cucharita fría o un mordedor que haya sido enfriado previamente. Existen también geles y productos analgésicos que pueden ser utilizados en los momentos más dolorosos. Consulte al dentista o al pediatra acerca de estos productos. Si su hijo tiene fiebre durante la dentición, lo mejor es acudir al médico para descartar la posibilidad de otro tipo de trastorno.
Se aconseja la supervisión del cepillado de su hijo hasta los ocho años, siguiendo las siguientes instrucciones:
El reflejo de succión es normal y saludable en los bebés, pero el hábito de chuparse el dedo no. Si este continúa después de los cuatro años, puede provocar problemas con el crecimiento de la boca y la mandíbula, así como con la posición de los dientes. La succión habitual del dedo hace que los dientes anteriores se dirijan hacia afuera ocasionando una mordida abierta. Lo cual puede ocasionar problemas en la edad adulta, tales como desgaste prematuro de los dientes, mayor cantidad de caries y molestia al morder.
El mejor modo de resolver el hábito de succión de dedo es a través del refuerzo positivo, sin utilizar palabras ni conductas negativas. Su hijo sólo está haciendo lo que le parece natural. Elógielo cuando no lo haga. Intente corregir la ansiedad que da origen a dicho hábito. El dentista o el pediatra también pueden recetar algún producto de sabor amargo para recubrir el dedo y evitar la succión o bien algún aparato que le recuerde que no debe succionarlo.
Si el problema persiste, el odontólogo le ayudará a resolverlo
Profesor:
Dr. Ignacio Corral Pazos de Provens
Doctor en medicina y cirugía . Especialista en
Estomatología. Master en Periodoncia e
Implantología por la UCM
La finalidad de este artículo es fomentar la comprensión y el conocimiento de temas generales de salud oral. Su propósito no es sustituir la opinión, el diagnóstico o el tratamiento profesionales. Solicita siempre la opinión experta de tu dentista u otro proveedor de salud Calificado y Dile siempre cualquier pregunta que tengas en relación con alguna enfermedad o tratamiento médico.
Cuestionario sobre salud bucal
Realiza nuestra evaluación de salud bucal para sacar el máximo partido a tu rutina de cuidado.
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