A todos nos ha pasado. Nos estamos cepillando los dientes y, de repente, vemos un poco de rosa al escupir el dentífrico. O quizás un poquito de sangre cuando utilizamos el hilo dental. A pesar de que una pequeña cantidad de sangre puede no parecer preocupante, si el sangrado de encías es constante no debería ignorarlo. A continuación, le contamos qué puede hacer si se da cuenta de que le sangran las encías.
La principal causa del sangrado de encías es la acumulación de placa a lo largo de la línea gingival. Cuando esta placa no se elimina, se endurece hasta convertirse en sarro, una sustancia calcificada a la que la placa continúa adhiriéndose e irritando así las encías. Esta irritación puede hacer que las encías sangren y puede evolucionar hacia formas más avanzadas de la enfermedad periodontal.
La mejor manera de reducir la acumulación de placa y el riesgo de que se produzca el sangrado de encías es intensificar su rutina de cuidado bucodental. Cepíllese los dientes dos veces al día con un dentífrico con flúor y utilice hilo dental a diario.
Los instrumentos de higiene bucodental pueden ser los causantes de su sangrado de encías. A pesar de que pueda parecer que un cepillo de dientes de filamentos medios o rígidos limpia mejor los dientes, las filamentos más duros a veces causan irritación, lo que puede provocar el sangrado de las encías. Por ello, se suele recomendar utilizar cepillos de dientes de filamentos suaves, que limpia los dientes y las encías en profundidad sin causar irritación. Utilizar hilo dental esporádicamente, en lugar de cada día, también puede producir el sangrado de encías. Recuerde utilizarlo a diario y evitar que este roce demasiado con las encías.
Lo que comemos desempeña un papel importante a la hora de mantener la salud de nuestras encías. Los alimentos con un alto contenido en azúcares o carbohidratos simples incrementan el riesgo de sufrir problemas dentales o gingivales, puesto que el azúcar crea un caldo de cultivo ideal para la placa. Una dieta repleta de alimentos completos, como frutas y verduras, aporta a las encías los nutrientes que necesitan. No es necesario que elimine completamente los dulces de su vida, pero consúmalos con moderación y cepíllese los dientes después para evitar que el azúcar se adhiera a sus dientes y encías.
Algunos medicamentos pueden aumentar las probabilidades de que se produzca un sangrado de encías. Asimismo, ciertos analgésicos que no necesitan prescripción médica pueden potenciar el sangrado. También puede ocurrir que otros medicamentos sujetos a prescripción produzcan sangrado. Si es el caso, su médico debería prescribirle una dosis diferente o un cambio de medicación. Consulte siempre con su médico los efectos secundarios de los medicamentos.
Los altos niveles de estrés también pueden afectar a su salud bucodental. Cuando está estresado, es más probable que se olvide de cepillarse los dientes y utilizar hilo dental, o decida comer comida rápida en lugar de seguir una dieta equilibrada. El estrés también contribuye a aumentar la inflamación del organismo, lo que hace que sea más probable que las encías sangren. De acuerdo con Psicooncología, cuando estamos sometidos a altos niveles de estrés la funcionalidad de nuestro sistema inmunitario disminuye, de modo que le resulta más difícil combatir las infecciones. Céntrese en encontrar maneras que le ayuden a reducir el estrés, como las técnicas de respiración profunda y la meditación.
De acuerdo con publicaciones en Scielo España, fumar desempeña un papel fundamental en el desarrollo de la enfermedad periodontal, además de aumentar el riesgo de padecer determinados cánceres y enfermedades cardiovasculares. Las toxinas presentes en el humo del tabaco evitan que las encías reciban los nutrientes que necesitan y pueden producir inflamación. Dejar de fumar puede ser duro, pero es una de las decisiones más importantes que debe tomar si desea proteger su salud bucodental y general.
Las bacterias relacionadas con la gingivitis pueden transmitirse entre parejas o entre padres e hijos. Para evitar el contagio, es recomendable evitar compartir cepillos de dientes, cubiertos o vasos que estén siendo utilizados.
Si estos cambios no hacen que sus encías dejen de sangrar, el siguiente paso es acudir a su dentista. Examinará sus dientes y encías para determinar si padece alguna afección más grave, como puede ser la enfermedad periodontal en sus fases más avanzadas. Si considera que necesita tratamiento, como una higiene dental profunda o una cirugía periodontal, probablemente le derivará a un periodoncista, especializado en tratar la enfermedad periodontal.
En muchas ocasiones, el sangrado de encías no es nada grave, pero a veces necesita un tratamiento profesional. Si ya ha pasado un tiempo desde la última vez que visitó la consulta de su dentista, solicite una cita. Diagnosticar el problema y poner en práctica los cambios que sean necesarios contribuirá a mejorar considerablemente su salud bucodental. Con el diagnóstico y el cuidado personal adecuado, el sangrado de encías pasará a formar parte del pasado.
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